Vocación y milicia

Un comentario rapidísimo para recomendaros un artículo cuya lectura me ha impactado. Para leerlo tendreis que comprar la Revista Ejército de Marzo del 2006, salvo que algún lector benévolo lo cuelgue o me lo envíe en pdf amablemente. El autor es un General de División DEM, Felipe QUERO RODILES que escribe sobre vocación y milicia, desgranando la esencia de la profesión militar, argumentando sobre la necesidad absoluta en la formación del militar de una formación específica militar insustituible por cualquier otra formación civil -que tome nota el señor Subsecretario de Defensa y los responsables de formación de los Reservistas Voluntarios - y desliza algunas perlas que os iré citando.

Hay una reflexión que me ha impactado especialmente. El autor se pregunta por qué la sociedad mira con admiración y buenos ojos las sagas familiares cuando se refieren a profesiones como la abogacía, los músicos, los actores, pero sin embargo combina adjetivos negativos como endogamia y cerrazón cuando se trata de abuelos, padres e hijos militares. Touché...

La sociedad de nuestros días se recrea en el espejismo de que la guerra está superada, que el conflicto armado es menos que imposible y por tanto que el Ejército es innecesario.

El Ejército no es fuerza bruta, sino fuerza espiritual, y por tanto la milicia es una profesión del espíritu.

El Ejército no se puede improvisar porque sus misiones no pueden ser asumidas por combatientes de circunstancias. La guerrilla (...) no es una alternativa para alcanzar una
victoria militar.

La vocación es la premisa fundamental e insustituible [de la milicia] porque proporciona el soporte espiritual y moral, pero tiene que ser completada con los conocimientos
técnicos necesarios para alcanzar la imprescindible pericia.

Vocación y formación configuran el binomio fundamental de la eficacia militar.