OGRE: Fin de una etapa y despedida de su General

El pasado 10 de julio del 2008 el Boletín Oficial del Estado publicó el Real Decreto 1126/2008 que vino a modificar la estructura básica del Ministerio de Defensa. La novedad más importante para los Reservistas Voluntarios fue la supresión de la Oficina General de Reservistas como organismo con entidad administrativa de Subdirección General, pasando a formar parte sus medios y efectivos de la Dirección General de Reclutamiento y Enseñanza Militar (DIGEREN).

General de Brigada DEM (r) D. Bernardo EchepareLa Oficina General de Reservistas (OGRE), de la que ya hemos hablado en estos Apuntes Formativos, era un órgano de doctrina del Ministerio de Defensa creado en el 2004 y sin mando directo sobre los Reservistas Voluntarios, que dependen de sus Delegaciones o Subdelegaciones de Defensa cuando están disponibles, y de sus respectivas Cuarteles Generales ( a través de sus UCOs de destino) cuando están activados. Sin embargo este organismo en la práctica venía ejerciendo una importantísima labor en pro del colectivo RV, tratando de definir y perfilar el modelo español de Fuerzas de Reserva desde sus inicios. Por razones de reorganización la Ministra de Defensa, Dª Carmé Chacón ha decidido reorganizar su Departamento y reasignar las funciones ejercidas por la OGRE. Al llevar a término su mandato, el General Echepare ha tenido la gentileza de dirigirse a todo el colectivo reservista voluntario mediante una carta abierta en la que repasa su gestión y nos dedica unas cariñosas y amabilísimas palabras, sin soslayar los claroscuros de un colectivo formado por entusiastas civiles vinculados con las Fuerzas Armadas.

A lo largo de su gestión al frente de la OGRE, el General Echepare impulsó activamente el diálogo con todas las Asociaciones de Reservistas, e incluso con muchos Reservistas Voluntarios que a título individual solicitaban entrevistarse con él; potenció el papel y la visibilidad de la Reserva Voluntaria en foros internacionales, facilitando que los RV españoles acudiesen oficialmente activados a las reuniones de la CIOR y la AESOR, asistencia que hasta entonces era sufragada privadamente por sus miembros. El General Echepare realizó también un importante esfuerzo de formación y coordinación con las Delegaciones y Subdelegaciones de Defensa en todos los procesos relacionados con RV, e impulsó la publicación de un Vademécum del Reservista Voluntario y su difusión pública a través de la página www.soldados.com con un claro propósito divulgativo, y a pesar de ser un órgano de doctrina asumió de facto un papel protagonista en la coordinación de las activaciones en las que interviniese personal RV perteneciente a varios Ejércitos. En este período que va desde el 2004 hasta el 2008 los RV han pasado de ser un mero proyecto teórico de futuro incierto a ser un colectivo con una constante y periódica presencia en las FAS, a través de un Plan Anual de Activaciones que cada año incorporaba mayores y mejores novedades, como el Curso de Estado Mayor en Francia o la participación en Maniobras y Ejercicios OTAN, de modo que la media de activación anual del RV se situaba en doce días. La OGRE también creó un diploma acreditativo de la condición de Reservista Voluntario que hoy día se entrega a los nuevos RV a los pocos meses de adquirir su condición. Durante su mandato vió la luz la nueva Ley de la Carrera Militar, que incluyó importantísimos cambios en la configuración jurídica de la condición del RV. En la actualidad su departamento trabajaba activamente en la preparación de un Reglamento de Fuerzas de Reserva que recogiese todos los cambios mencionados en la LCM, incluyendo un régimen de ascensos específico para RV y otras importantes novedades; y en la realización de un Acto de Relevo de Reservistas Voluntarios de gran prestancia previsto inicialmente para el 20 de septiembre. La gestión del General Echepare no estuvo exenta de claroscuros, como toda gestión política sometida al escrutinio público, y para sorpresa de un personal acostumbrado a gestionar protegidos por la disciplina propia del militar, o arropados por el secretismo propio de la Casa, era frecuente encontrar en foros privados especializados de Internet opiniones acérrimas y casi siempre apasionadas apoyando o denostando la política de defensa del Organismo. Para el futuro quedan pendientes cuestiones como la celebración de Acuerdos-marco con organismos empresariales, y la participación de Reservistas Voluntarios en misiones internacionales de las FAS, nos conta que intentadas durante el mandato del General Echepare.

Se va un General que trabajó incansablemente por dar un lugar dignísimo a la infante Reserva Voluntaria dentro de las Fuerzas Armadas, y que nunca rehuyó el cuerpo a cuerpo con nadie, fuese en persona o a través del medio escrito, como nos demuestra con su atenta carta de despedida. Se va un General que trató de entender y moldear la Reserva Voluntaria de España, que nunca dejó de asombrarse por el entusiasmo con el que el Reservista Voluntario afrontaba su pertenencia a las Fuerzas Armadas, y que jamás dejó indiferente a quienes tuvimos el honor de conocerle.
La carta original puede leerse cómodamente en el Observatorio de la Reserva, a través del siguiente enlace. A continuación recogemos algunos párrafos de la misma:
Carta del General Jefe de los Reservistas, General de División Don Bernando Echepare Fernández Martes 19 de agosto de 2.008 (Enviada a y publicada en El Observatorio de la Reserva)
Como es bien sabido, el pasado mes de julio se aprobó la nueva estructura básica del Ministerio de Defensa de la que, entre otras novedades, destaca la supresión de la Oficina General de Reservistas, conocida como OGRE en los ambientes reservistas, cuyas funciones han pasado, en su mayor parte, a ser responsabilidad de la Subdirección General de Reclutamiento en cuyo seno, y para afrontarlas, se integrarán fundamentalmente los recursos de la extinta OGRE. Las consecuencias de la desaparición de la OGRE han sido valoradas en este Observatorio, tanto en sus aspectos positivos como en los negativos, y también se han apuntado como sus posibles causas la optimización de los recursos del Ministerio de Defensa y la conveniencia de eliminar la especificidad de los reservistas voluntarios y gestionarlos conjuntamente y sin distinción con los militares profesionales, con objeto de conseguir su más rápida integración en las Fuerzas Armadas. Son estimaciones razonables que merecen credibilidad, si bien pueden acompañarse de alguna reflexión sobre el particular propia de la OGRE. Como consideración previa, es preciso reconocer que la ubicación orgánica de la OGRE ya tuvo dificultades desde su nacimiento. Es obvio que un órgano al que se le encarga del estudio, la creación y puesta en funcionamiento de un nuevo recurso de personal, susceptible de ser llamado a incorporarse a las Fuerzas Armadas para satisfacer las necesidades de la defensa nacional, precisa realizar funciones que, con carácter general, ya figuran asignadas a otros órganos. Parece razonable admitir que el órgano creado en estas circunstancias nazca con una fecha de caducidad condicionada al alcance de determinados hitos en el desarrollo del proceso de implantación. En procesos como éste, de implicaciones complejas, la determinación del momento en que puede considerarse superado un hito adquiere cierta dificultad y el asesoramiento del experto, cuya dedicación diaria al proyecto en desarrollo le proporciona una completa y detallada visión de campo, no siempre es aceptado por quien lo dirige. Es en estos casos, cuando hay que poner en práctica lecciones aprendidas en el ejercicio de la profesión militar y aceptar disciplinada y lealmente la decisión del superior jerárquico y recordar siempre, con Calderón de la Barca, que en esta religión de hombres honrados la más principal hazaña es obedecer. Sin pretender hacer un balance de lo realizado por la OGRE desde su creación, hace cinco años, creo que ni los más optimistas daban crédito entonces a un desarrollo del modelo como el hoy alcanzado, reconocido recientemente por destacados columnistas del Observatorio, cuyo exponente de mayor visibilidad podría situarse en los procesos de activación de todos los reservistas voluntarios mediante la puesta en marcha de los planes anuales correspondientes. Pero esta circunstancia, que nos llena de orgullo, no nos hace olvidar que aun queda mucho camino por recorrer para alcanzar niveles de utilización de nuestros recursos de reserva similares a los de países comparables de nuestro entorno europeo. Dentro de los posibles itinerarios, el modelo elegido parece bastante apropiado para las características de nuestro país y a su mejora y perfeccionamiento la OGRE ha dedicado notables esfuerzos, fundamentalmente pedagógicos, que convendría mantener. Sobre el ritmo de progresión han recaído las críticas más severas, posiblemente por la impaciencia de muchos reservistas por entrar en eficacia, pero, como muy bien se ha apreciado desde el Observatorio, la implantación de nuestro modelo de reserva voluntaria es "una cuestión de tiempo". El notable impulso inicial que recibió la puesta en marcha del proyecto se ha visto lastrado progresivamente por determinadas circunstancias que han propiciado un descenso del nivel de ambición del desarrollo del modelo a cotas más reducidas de prioridad y atención y, en coherencia con esta nueva orientación, se ha decidido suprimir la OGRE y rebajar el nivel orgánico de sus funciones específicas asignándolas a otras Subdirecciones Generales que, muy probablemente, no las tendrán en primera prioridad. Quizá pueda identificarse como una de las causas de la ralentización del ritmo de implantación de la reserva voluntaria la falta de continuidad en los altos cargos del Ministerio de Defensa durante los últimos cinco años, con la consiguiente dificultad de definir y mantener una política coherente sobre la reserva voluntaria, pero hay aspectos observados desde la OGRE que han influido notablemente en la pérdida de crédito del colectivo de reservistas y, por extensión, de la propia OGRE, tales como: cartas de aspirantes y reservistas voluntarios dirigidas a las más altas autoridades del Gobierno y del Ministerio de Defensa con las más disparatadas propuestas, peticiones y denuncias; prácticas de supuesta formación militar organizadas y desarrolladas por grupos de reservistas voluntarios; utilización inapropiada de uniformes por parte de algunos y desmedida ostentación de su condición de reservista por parte de otros; desmesura en algunas críticas vertidas en los foros, revistas y otros medios, identificados como específicos de reservistas voluntarios, a las Instituciones del Estado y a sus representantes; insolencia de cierta asociación de reservistas en sus requerimientos a autoridades del Ministerio de Defensa, etc. Cualquier reservista en situación de disponibilidad, no activado, conserva en plenitud los derechos de un ciudadano civil y, como tal, puede ejercerlos sin restricciones, identificándose, si es preciso, con su nombre, apellidos y DNI. No obstante, parece razonable que si en el ejercicio de estos derechos pretende acreditarse como reservista de las Fuerzas Armadas, con el empleo militar que ostente, asuma determinadas condiciones de moderación y respeto propias de un código deontológico militar. La aceptación de esta práctica, entre otras, resulta muy conveniente para que la reserva voluntaria gane la consideración que merece no sólo en el conjunto de la sociedad sino también en el órgano central del Ministerio de Defensa y en las propias Fuerzas Armadas. Tengo la convicción de que, salvando las anécdotas anteriores, el colectivo reservista goza de muy buena salud. Su entusiasmo, su abnegación, su voluntad de servir, su disponibilidad, su espíritu militar, su identificación con las Fuerzas Armadas y, sobre todo, su amor a España, constituyen un potencial de reserva espiritual y moral digno de ser tenido en cuenta y valorado por la sociedad española en general y por los militares profesionales en particular. Señoras y Señores Reservistas: ha sido un verdadero placer recorrer junto a Uds. mi última etapa profesional. Les aseguro que siempre seré un firme valedor de la reserva voluntaria y les ensalzaré a Uds. como justos merecedores de reconocimiento social por su explícito y voluntario compromiso con la defensa de España. No quisiera terminar sin manifestar mi más sincero agradecimiento al Observatorio por el trato respetuoso y afectivo que ha dispensado en todo momento tanto a la OGRE como a mí y por su esfuerzo diario por ofrecer reflexiones y propuestas para mejorar las expectativas militares de los reservistas voluntarios, algunas de las cuales se han tenido muy en cuenta en los procesos de redacción de la normativa de desarrollo de la Ley de la carrera militar. Sigo considerando al Observatorio como una de las iniciativas más serias y firmes de apoyo al desarrollo e implantación de la Reserva Voluntaria en nuestro país, por lo que le invito a que continúe en esta línea donde siempre me tendrá a su disposición. Un fuerte abrazo a todos y hasta siempre. Bernardo Echepare Fernández General de División (Reserva)

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